Bajo el silencio del camino
el niño contempla el tiempo
en el cielo estrellado.
Al destino se teje sus propios hilos
del barbero que solo barbea, del cantante
que solo canta
y del poeta que redacta sin cautela,
llenando la copa vacía de un destino sin sentido,
donde el ave naufraga por el cielo, la tortuga se
nubla de pensamientos y la oruga se
embriaga de cordura.
Donde están los soñadores,
los ilusos que no saben de medidas
que llenan su camino sin desvíos,
y no temen del destino.
lunes, 23 de abril de 2012
domingo, 8 de abril de 2012
rio abajo murio el amigo
Orlando Cabrera: Cantaros de amor
la mano de del amigo que se hundió en el agua.
llámenlo río abajo con una flauta de uvas,
inventen una caña, siembren una campana.
Se ahogó esta mañana con un clavel morado.
Llámenlo por la orilla de la piedra madura,
hagan secar el río con escoba de pájaros.
Pongan entre la hierba el hueso de la fruta.
Pero este amigo ha muerto, pero su novia simple,
pero su anillo de oro, pero su mano buena,
pero su par de versos y sus ojos tristes,
pero se ha muerto todo ahogado en la piedra.
Llámenlo con la rama de durazno infinito.
Se ahogó esta mañana como si fuera hoy mismo.
Desnudo, con la flor de luto sobre el pecho,
colgándole en el cuello su gota de aluminio.
Cómo vamos a estar con los brazos cruzados
con la novia que gime con voz menudita,
con el árbol plantado, con el fruto de palo,
con la lengua pegada y los dedos unidos.
Vámonos a buscar azadones y rifles.
La luz que siente, el haca que tortura.
Junto a la piedra sus ojos ya no sienten
donde ladran los perros que no ladraban nunca.
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